Diana Ramírez, estudiante de UC Berkeley participó en el Programa Human Rights and Cultural Memory, organizado por la UAH en conjunto con la Universidad de California. Durante su estadía, Diana publicó una interesante carta al Director, reflexionando acerca de la memoria chilena, la justicia social y el futuro.
Ecos de la dictadura
Sr. Director:
Soy una estudiante extranjera de intercambio. Vivo desde hace cuatro semanas en Santiago y espero recibirme pronto como periodista. He destinado muchas horas a conversar con diversas personas acerca de sus percepciones sobre la vida política de este hermoso país, la dictadura y sus secuelas. Me he encontrado con diferentes opiniones sobre Salvador Allende y su gobierno. He notado cómo la UP es objeto de críticas por parte de distintos sectores, en particular por gente conservadora de clase alta y media alta (en la que he observado un fuerte anticomunismo). También, que desde la izquierda se cree en el potencial de esa opción, porque una propuesta progresista aportaría igualdad, en beneficio de quienes menos tienen.
He escuchado opiniones sobre la «necesidad» del golpe de Estado de septiembre de 1973, porque se habría requerido más orden y seguridad, al igual que estabilidad económica. Me llama la atención que las críticas a la UP disipen críticas a las desapariciones y ejecuciones de ese tiempo. Es cuestionable que haya quienes prioricen el crecimiento económico por sobre la búsqueda de verdad, justicia y garantías de no repetición. Y llama la atención a una persona extranjera, como yo, las nocivas narrativas sobre quienes adhieren al marxismo y socialismo en Chile, como si se tratara de formas de pensar «subversivas».
He tenido la oportunidad de visitar lugares que a uno la estremecen e invitan a reflexionar con madurez, tales como el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos y el Parque por la Paz Villa Grimaldi. Me llama la atención, eso sí, haber entablado diálogos con chilenos que han optado por no ir a conocer sitios de memoria tan importantes como estos, que abarcan el concepto de la memoria como una práctica y una forma de resistencia a la represión sociopolítica. Ambos son un recordatorio físico de la dictadura. Traen el pasado al presente para que, como sociedad, recordemos por qué es importante conocer el pasado para evitar que vuelvan a producirse atrocidades y nos sintamos obligados a buscar justicia y sanación individual y colectiva. }
Concluyo recordando que hay una deuda inmensa con los pueblos indígenas. No es posible hablar de justicia social cuando estos han sido excluidos de la toma de decisiones desde los orígenes de la vida republicana e, incluso, desde tiempos coloniales. Sus continuas luchas son un recordatorio de por qué tenemos que seguir luchando por la liberación de tantos sectores que en el Chile actual siguen sintiéndose no reconocidos ni valorados.
Teniendo a la vista el plebiscito del 17 de diciembre, es de esperar que el pueblo chileno tenga la sabiduría para saldar cuentas con el pasado y proyectar un futuro compartido.
Diana Ramírez
Universidad de California – Berkeley